La docente y periodista argentina Telma Luzzani acaba de publicar en Buenos Aires -la capital argentina- su libro Venezuela y la revolución: Escenarios de la era bolivariana (Capital Intelectual, 2008, 110 págs.). A diferencia de los grandes medios de comunicación de Falsimedia en muchos países, dedicados casi totalmente al ataque contra el presidente venezolano Hugo Chávez, el énfasis en este libro no es la figura del líder bolivariano, sino la propia historia de Venezuela, cuyo análisis es lo que puede permitir comprender los orígenes , irrupción, desarrollo y logros de la Revolución Bolivariana, y el papel del actual presidente venezolano en todo el proceso. Esa perspectiva es la más adecuada, porque como bien dice Luzzani refiriéndose a esos medios: “Atacando a Chávez lo que se busca en realidad es desacreditar sus políticas, muchas de las cuales han tocado los más profundos intereses de las clases dirigentes venezolanas y de las multinacionales del petróleo.” (pág. 12)
Ese propósito lo realiza la autora mediante los cinco capítulos cortos del texto, que se presentan organizados en forma temática pero linealmente desde el punto de vista temporal. De esa manera el análisis histórico lo retrotrae desde el derrocamiento del gobierno constitucional de Rómulo Gallegos hacia mediados de siglo, pasando por la dictadura de Pérez Jiménez, el llamado Pacto de Punto Fijo, la actividad política desarrollada por Chávez en el seno del ejército desde 1977, la insurrección popular del Caracazo, y el proceso de llegada al poder de Chávez, seguidos de estos primeros nueve intensos años de Revolución Bolivariana. Gran parte del libro se dedica a los intentos de la oposición golpista por aplastar la revolución, surgidos ante todo luego de la expedición de las Leyes Habilitantes de 2001 -que mostraban que las intenciones de Chávez eran reales y no mera demagogia populista-, y a la forma cómo el proceso revolucionario se profundizaba y salía cada vez más fortalecido en cada coyuntura. Sendos capítulos destacan la nueva constitución (profundamente democrática y según la autora, innovadora en ciertos aspectos), las numerosas Misiones de logros inocultables, y todo un entramado militar y geoestratégico que ha venido levantando Chávez para garantizar la supervivencia de la revolución.
Esta organización de los contenidos sustenta varios de los méritos del libro. Por un lado, y aunque no se lo haya propuesto explícitamente, la rápida sinopsis histórica nos recuerda algunos de los momentos y personajes más nefastos de la historia contemporánea venezolana, como Pérez Jiménez, Carlos Andrés Pérez y Jaime Lusinchi, lo que en contraste con los nueve años de gobierno bolivariano, no deja dudas de que Chávez ha sido el mejor gobernante del país “en cien años” como recién comentara públicamente el presidente brasileño Lula.
No pocas informaciones proporcionadas en este pequeño libro además de dramáticas son de indudable utilidad para comprender y defender el proceso revolucionario. No es nada casual que de ellas nunca se haga mención en Falsimedia. Algunos de esos hechos son los siguientes: Las gestiones de Chávez dentro de la OPEP fueron fundamentales para la revalorización de los precios del crudo, que tan solo entre 1998-2003 triplicó su cotización. En 1981 por cada dólar ingresado por exportación de hidrocarburos 71 centavos iban al Estado. En cambio en 2000, ya sólo le entraban 39. Producto de la “apertura petrolera” (privatización) de 18 años de PDVSA, se fugaban US$500 millones cada año en la segunda mitad de los 90's. Entre 1974-2000 la fuga de capitales al exterior se calcula en 80-100.000 millones de dólares. Por último, el mayor ingreso fiscal petrolero se logró en 1974: 40%, y no con Chávez como pretenden hacer creer los grandes medios de comunicación. En 2003 sólo alcanzó un 27% del récord histórico de 1974.
En fin, el libro tiene el mérito de poner el tema al alcance de un círculo de lectores relativamente amplio. Aunque el texto no es propiamente “chavista” o apologético (lejos de ello, en él son frecuentes los comentarios críticos de la revolución y sus logros), no hay duda que leyéndolo sus lectores podrán comprender los por qué del entusiasta respaldo popular de la Revolución Bolivariana, así como las motivaciones del odio visceral de los sectores altos y algunos medios de la sociedad venezolana hacia el mismo.
En el texto no faltan por supuesto los errores. Por ejemplo, no es cierto que la constitución de 1999 fuera la primera en el mundo en contemplar la revocatoria de funcionarios por sus electores. En Cuba no sólo lo contempla su constitución sino que es una práctica real. Como vacíos -o temas cuya inclusión hubiese sido importante- podemos mencionar: el “socialismo del siglo XXI”, la reciente fundación del PSUV, y la ambiciosa política ferroviaria (que contrasta con la ausencia de la misma en casi todo el resto del continente). También se debe entender que se trata de una introducción al tema; de hecho gran parte del libro se fundamenta sólo en el texto compilado por el economista español Juan Torres López, Venezuela, a contracorriente, publicado en 2006.
Libros como éste de Telma Luzzani deberían ser ampliamente publicados y difundidos en otros países de nuestra América Latina, como armas imprescindibles en la Batalla de Ideas por el socialismo y la misma supervivencia de la humanidad.
Ese propósito lo realiza la autora mediante los cinco capítulos cortos del texto, que se presentan organizados en forma temática pero linealmente desde el punto de vista temporal. De esa manera el análisis histórico lo retrotrae desde el derrocamiento del gobierno constitucional de Rómulo Gallegos hacia mediados de siglo, pasando por la dictadura de Pérez Jiménez, el llamado Pacto de Punto Fijo, la actividad política desarrollada por Chávez en el seno del ejército desde 1977, la insurrección popular del Caracazo, y el proceso de llegada al poder de Chávez, seguidos de estos primeros nueve intensos años de Revolución Bolivariana. Gran parte del libro se dedica a los intentos de la oposición golpista por aplastar la revolución, surgidos ante todo luego de la expedición de las Leyes Habilitantes de 2001 -que mostraban que las intenciones de Chávez eran reales y no mera demagogia populista-, y a la forma cómo el proceso revolucionario se profundizaba y salía cada vez más fortalecido en cada coyuntura. Sendos capítulos destacan la nueva constitución (profundamente democrática y según la autora, innovadora en ciertos aspectos), las numerosas Misiones de logros inocultables, y todo un entramado militar y geoestratégico que ha venido levantando Chávez para garantizar la supervivencia de la revolución.
Esta organización de los contenidos sustenta varios de los méritos del libro. Por un lado, y aunque no se lo haya propuesto explícitamente, la rápida sinopsis histórica nos recuerda algunos de los momentos y personajes más nefastos de la historia contemporánea venezolana, como Pérez Jiménez, Carlos Andrés Pérez y Jaime Lusinchi, lo que en contraste con los nueve años de gobierno bolivariano, no deja dudas de que Chávez ha sido el mejor gobernante del país “en cien años” como recién comentara públicamente el presidente brasileño Lula.
No pocas informaciones proporcionadas en este pequeño libro además de dramáticas son de indudable utilidad para comprender y defender el proceso revolucionario. No es nada casual que de ellas nunca se haga mención en Falsimedia. Algunos de esos hechos son los siguientes: Las gestiones de Chávez dentro de la OPEP fueron fundamentales para la revalorización de los precios del crudo, que tan solo entre 1998-2003 triplicó su cotización. En 1981 por cada dólar ingresado por exportación de hidrocarburos 71 centavos iban al Estado. En cambio en 2000, ya sólo le entraban 39. Producto de la “apertura petrolera” (privatización) de 18 años de PDVSA, se fugaban US$500 millones cada año en la segunda mitad de los 90's. Entre 1974-2000 la fuga de capitales al exterior se calcula en 80-100.000 millones de dólares. Por último, el mayor ingreso fiscal petrolero se logró en 1974: 40%, y no con Chávez como pretenden hacer creer los grandes medios de comunicación. En 2003 sólo alcanzó un 27% del récord histórico de 1974.
En fin, el libro tiene el mérito de poner el tema al alcance de un círculo de lectores relativamente amplio. Aunque el texto no es propiamente “chavista” o apologético (lejos de ello, en él son frecuentes los comentarios críticos de la revolución y sus logros), no hay duda que leyéndolo sus lectores podrán comprender los por qué del entusiasta respaldo popular de la Revolución Bolivariana, así como las motivaciones del odio visceral de los sectores altos y algunos medios de la sociedad venezolana hacia el mismo.
En el texto no faltan por supuesto los errores. Por ejemplo, no es cierto que la constitución de 1999 fuera la primera en el mundo en contemplar la revocatoria de funcionarios por sus electores. En Cuba no sólo lo contempla su constitución sino que es una práctica real. Como vacíos -o temas cuya inclusión hubiese sido importante- podemos mencionar: el “socialismo del siglo XXI”, la reciente fundación del PSUV, y la ambiciosa política ferroviaria (que contrasta con la ausencia de la misma en casi todo el resto del continente). También se debe entender que se trata de una introducción al tema; de hecho gran parte del libro se fundamenta sólo en el texto compilado por el economista español Juan Torres López, Venezuela, a contracorriente, publicado en 2006.
Libros como éste de Telma Luzzani deberían ser ampliamente publicados y difundidos en otros países de nuestra América Latina, como armas imprescindibles en la Batalla de Ideas por el socialismo y la misma supervivencia de la humanidad.
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